De la Mar el Mero y de la Tierra el Cordero
Hoy, como dice mi compañero, repetimos, volvemos a comer en nuestro lugar de referencia: el restaurante Barón del que ya hablamos. Aunque repitamos nunca es lo mismo si se sabe apreciar cada detalle, y eso en la gastronomía y en cualquier relación es fundamental. Lo sentidos deben estar atentos a todo lo que en la vida, el instante, nos puede ofrecer, es la única actitud sana. No quedarnos con la superficie solamente, que también tiene su aquel en algunos momentos, interesa más bucear un poco en ese inmenso mar de percepciones que nos transmiten el olfato, el gusto, el oído y la mirada. No hay nada como una mirada. Los ojos nos delatan fácilmente, son espejos muy difíciles de deformar. No sirven las caretas, ni las sonrisas forzadas, la mirada lo dice casi todo. Por eso no me gusta el viento, deforma casi todas las percepciones y te hace cerrar los ojos. Hoy hace una día briosamente ventoso, estamos dentro, a salvo, detrás del cristal que alguien inventó para que pudiéramos ...