Tributo Brasas Bar-Restaurante
Mi cabeza me engaña, como tantas otras veces, hay que estar atento a ella. Ángel me indica la dirección del restaurante dónde vamos a comer hoy: Ciscar 24. Y yo, como siempre hago cuando conozco una calle, la represento en mi mente. En esta ocasión me equivoco y una vez llegado allí me doy cuenta de que he confundido la calle Ciscar con la de Cirilo Amorós. Evidentemente en el 24 no está el restaurante. Previamente había decidido ir andando que es lo más sano y he dejado la moto en la oficina. Estoy muy cerca de la hora acordada y no me gusta nada llegar tarde. Cojo un taxi y allí me presento un par de minutos después de la hora. Cuando me ocurren estas cosas suelo jugar con la imaginación y me digo qué hubiese pasado si no hubiera errado, y aparece el destino y la suerte y tantas otros pensamientos que engordamos en la mente, generalmente en forma de recriminación a uno mismo. Una vez pensado no encuentro el por qué la cabeza funciona así, simplemente ha sido un error involuntario. Pero quizá detrás de él hay mucho más, suelo rascar por ese camino y generalmente encuentro razones y formulo hipótesis. La de hoy tiene que ver con esa constante en mi vida que es la de intentar llenar todo lo vacío. Lo dejo aquí para no aburrirles.
Años atrás frecuentaba mucho esta calle y esta zona, viví unos 6 años en la calle Salamanca, paralela a Ciscar, y solía frecuentar la gran variedad de restaurantes que cohabitan en el Ensanche.
Años atrás frecuentaba mucho esta calle y esta zona, viví unos 6 años en la calle Salamanca, paralela a Ciscar, y solía frecuentar la gran variedad de restaurantes que cohabitan en el Ensanche.
Mi amigo Ángel ha elegido el restaurante Tributo Brasas Bar, lo desconocía por completo. Ya no puedo decir lo mismo, es lo bueno de quedar cada semana a comer con un amigo e ir probando menús en la ciudad de la luz, Valencia. Construir momentos y que me los construyan siempre me ha fascinado.
Al llegar, Ángel me está esperando, como siempre es él, ha escudriñado previamente la zona y casi siempre tiene un comentario lleno de contenido, entramos y pedimos la bebida y luego el menú. El restaurante es grande y tiene un toque en la decoración muy actual, las mesas muy bien presentadas y en condiciones, es una zona de rentas altas y los restaurantes suelen adaptarse a un aspecto tan importante. A mi hace tiempo que estas puestas en escena ya no me seducen.
Menú degustación por 17,95 €, hay que añadir la bebida por lo que vamos por 20 y pico. Crema de mariscos con picadillo de gamba, muy buena por cierto, ensalada de tomate rosa con ventresca, también buena pero escasa, y buñuelos de txangurro con ali oli choricero, muy rebuscado, tanto como su sabor. Terminamos con un atún a la brasa con pisto y vinagreta de piñones, rico y sano, como me gusta. El pan muy acertado, para mi es importante.
Hoy no tengo un día bueno, como tantos otros en los que la mochila pasa, pesa, pisa, se posa, pero no se pusa, llevo demasiados años sobrecargado y la mente y el cuerpo me avisaron con toda claridad. Yo trato de aprender humildemente y por lo tanto sobrellevarlo, aunque sin duda días como estos en compañía ayudan a salir del bucle en el que sin darnos cuenta entramos a menudo, aquello de los hábitos.
Menú degustación por 17,95 €, hay que añadir la bebida por lo que vamos por 20 y pico. Crema de mariscos con picadillo de gamba, muy buena por cierto, ensalada de tomate rosa con ventresca, también buena pero escasa, y buñuelos de txangurro con ali oli choricero, muy rebuscado, tanto como su sabor. Terminamos con un atún a la brasa con pisto y vinagreta de piñones, rico y sano, como me gusta. El pan muy acertado, para mi es importante.
Hoy no tengo un día bueno, como tantos otros en los que la mochila pasa, pesa, pisa, se posa, pero no se pusa, llevo demasiados años sobrecargado y la mente y el cuerpo me avisaron con toda claridad. Yo trato de aprender humildemente y por lo tanto sobrellevarlo, aunque sin duda días como estos en compañía ayudan a salir del bucle en el que sin darnos cuenta entramos a menudo, aquello de los hábitos.
Fui fraile antes que cura, como decía el refrán, por eso creo que aprecio hasta los pequeños detalles.
Ángel y yo salimos caminando, me acompaña a la oficina, un largo paseo al que no estoy acostumbrado, pero sienta bien, vamos charlando y caminando, comunicándonos, entre calles distintas después de un pandemia, algunas puertas cerradas lo demuestran. Quizá todos hemos cambiado un poco, sin darnos cuenta...
Ángel y yo salimos caminando, me acompaña a la oficina, un largo paseo al que no estoy acostumbrado, pero sienta bien, vamos charlando y caminando, comunicándonos, entre calles distintas después de un pandemia, algunas puertas cerradas lo demuestran. Quizá todos hemos cambiado un poco, sin darnos cuenta...
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