Comer en compañia
Hace poco fue San Blas y tengo en la memoria tierras con algunas nieves y las cigüeñas en lo alto de las espadañas de las iglesias de mi pueblo. Con seguridad habrá allí madrugadas de hielos y escarchas.
En Valencia el día
tiene un sol de invierno, templado y
agradable, casi cálido. Mañana será San Valentín.
Los jueves
quedo con mi amigo para comer o para almorzar, depende, en el lenguaje
hablado si dices que quedas para comer
todo el mundo lo entiende, pero en el
escrito no queda tan claro. En fin, los jueves quedo con Alejandro para comer al mediodía, a primera hora de la tarde. Al poco de acomodarnos en la terraza del
restaurante LIA, Alejandro me propone este blog que hoy comenzamos. Creo que él
lo traía pensado de casa, y yo lo acepto de inmediato, puede ser útil y
desarrollar algo de nuestro interés creativo y literario.
Los dos elegimos
los mismos platos: alcachofas con jamón y gambas de primero, y arroz caldoso con bacalao de segundo. Sin entrar en
detalles, exquisito el primero y bien el segundo. Para mí también una cerveza
fría Paulaner
Entre bocado y
bocado solemos contar lo que se nos ocurre, recuerdo que hablé de algo prosaico, de economía, y los índices de la bolsa. Y de algo poético, de la ruta
del domingo pasado por alegres senderos destrenzados acompañado de amigos y naturaleza. También hablamos de otras cosas que ahora no recuerdo.
Lo más
importante es que mientras dura el encuentro tenemos alguien al lado que escucha y nos hace sentimos acompañados.
Todo importa durante la comida: la atmósfera, el clima, el lugar, el servicio, los platos…etc. Pero para que todo sepa mejor es indispensable hacerlo en compañía.
Todo importa durante la comida: la atmósfera, el clima, el lugar, el servicio, los platos…etc. Pero para que todo sepa mejor es indispensable hacerlo en compañía.
Valencia, 13 de Febrero de 2020
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