Les Roques
La ciudad baja el ritmo y se aplana con los rayos que anuncian la proximidad del verano. Hay que avanzar saltando, eligiendo las calles estrechas; por donde corren los suspiros de la brisa y el sol no consigue penetrar.
La terraza del restaurante La Maruja, se ubica en una
calle amplia, bajo un edificio que proyecta una gran sombra que invita al caminante a descansar. Mientras tomo café ,dejo que el tiempo transcurra y contemplo explayado
las imponentes Torres de Serranos.Hasta que me llega la conversación de la mesa de al lado ,ocupada por una pareja de hombres jóvenes:
- ¿Nos vamos algún lado este verano?
- Mira, yo ya te lo he dicho: soy vegano, mi perrita es
vegana y si nos vamos de vacaciones; el
hotel tiene que ser vegano, y si no, yo no voy.
Luego pierdo el hilo, entre el rumor de los transeuntes, los clientes de las otras mesas y la
camarera que atiende los pedidos, pero tengo suficiente
para pensar, que hay gente que viene con ideas nuevas, que harán que el
mundo avance por vericuetos en
los que no entraré.
Valencia, se va encontrando así misma; va volviendo a ser aquella ciudad mediterránea,
alegre y colorida. Se pueden ver turistas,
los comercios están con cierta actividad y algunas calles y terrazas
se ven llenas.
Les
Roques se halla en la calle del
Hospital, esquina con calle de Vinatea. La mesa que nos asigna la
camarera esta bajo el sol, por lo que le preguntamos, amablemente, si
podriamos ponernos a la sombra, Dice que si,y ella
misma nos ayuda a trasladarla. El interior del restaurante se ve reformado, de un estilo actual y dinámico, donde predominan
tonos claros y azules marinos. El menú está expuesto en una pizarra en la
esquina del local. Elegimos menú degustación
para compartir: salmorejo de mango y papaya, y, ensalada de jamón de pato
sobre salsa de canónigos con reducción de miel y soja con fresas. De segundo plato, Alejandro elige arroz del señoret; de
marisco pelado. Yo, de segundo; fideuá de marisco al estilo Denia. De postre
Alejandro pide helado de panacota y yo flan de queso al caramelo. El precio, sin incluir la bebida, es de 11,90€, por persona. Creo que esta aceptable, si tenemos en cuenta
la ubicación y la calidad de los platos, y aunque los dos primeros son
degustación; pequeñas cantidades, el salmorejo resultó delicioso, con un toque crujiente de jamón frito en el fondo. Me encantó la mezcla de dulces y salados
de la ensalada, aunque, las verduras estaban algo pasadas. La fideuá: normal. Y el postre: flan de queso al caramelo, un deleite.
La zona de la calle del Hospital y alrededores, con sus
dédalos, sus gentes, las casas, los
palacetes, lo que queda del hospital, todo el conjunto; me transporta a épocas
pasadas de gran transito y actividad, que todavía se respira y se palpa al pasear.
Pienso que el ambiente de hoy, es una evolución, un reflejo, un eco, de
aquellas músicas.
Ángel Núñez Cámara
Valencia,2021-06-13
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